La población de linces supera ya a la de los lobos en España

CENSO ANIMAL

El felino ibérico pasó de ser una especie en peligro de extinción a una con estatus de “vulnerable”

Un lobo ibérico junto a sus dos crías mientras comen en un bosque.
Un lobo ibérico junto a sus dos crías mientras comen en un bosque.

El Ejecutivo cerró el censo sobre la población de lobos en España, que debía estar listo este mismo mes, y concluyó que “hay menos lobos que linces”. Así lo señaló el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, que defendió la protección del lobo como en su día se hizo con el lince. “Terminó la toma de datos sobre la situación de la especie en nuestro país y el dato final dice que en España hay menos lobos que linces”, recalcó este miércoles en un desayuno informativo organizado por Executive Forum.

El nuevo censo actualiza el de 2012-2014 y lo realizaron las comunidades autónomas en coordinación con Transición Ecológica. En cualquier caso, España remitió a la Comisión Europea un informe que evaluaba el sexenio 2013-2018 y señalaba que la especie se encontraba en ese periodo en un estado de conservación Desfavorable inadecuado en las tres regiones biogeográficas donde está presente en España, así como en la evaluación conjunta de su estado a escala nacional.

En su intervención, Morán mostró su “satisfacción” por el hecho de que el lince ibérico pasó de ser una especie “en peligro de extinción” a tener un estatus de “vulnerable” en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). “Prácticamente toda la ciudadanía y las administraciones pusieron en marcha políticas para volver a reintroducir el lince en sus territorios. Una especie que se consideró una alimaña, que fue exterminada en buena parte del país, que quedó como un reducto al sur y que poco a poco vuelve a ocupar esos espacios”, relató.

Lo mismo con el lince

En este sentido, el secretario de Estado explicó que “al lobo le sucedió lo mismo que al lince pero geográficamente en sentido inverso”. “Lo exterminaron de sur a norte. Terminó quedándose en un reducto en el norte y poco a poco vuelve a ocupar espacio. Al oso le ocurrió algo parecido”, señaló.

“Yo creo que la reflexión que debemos hacer es ¿por qué el lince sí y el lobo no? Si los dos prestan servicios ecosistémicos similares”, planteó Hugo Morán, quien añadió que probablemente se trate de “una cuestión ancestral de entendimiento, de carácter social” respecto a una especie u otra. Según apuntó, es bastante habitual encontrar osos o linces de peluche, pero “lobos de peluche... no abundan mucho”. “Y yo creo que eso induce a tener un prejuicio respecto a la especie que muchas veces nos lleva a cometer errores”, señaló.

En este escenario, el secretario de Estado de Medio Ambiente llamó a ser conscientes de que se trata de “un mismo problema”. “La naturaleza no se puede escoger en el sentido de ‘me gusta solo este 72% de naturaleza y el resto no’. La naturaleza es un conjunto. O la gestionamos con ese concepto de defensa y protección, o protegerla a conveniencia no me parece una buena solución”, subrayó.

Respecto a la postura del Ministerio de Transición Ecológica sobre seguir permitiendo que los cazadores usen munición de plomo, al contrario de la posición de la Comisión Europea, Hugo Morán declaró: “Cuanto antes dejemos de consumir plomo, nos irá mejor”.

De “estrictamente protegido” a “protegido” para Europa

El Parlamento Europeo apoyó reducir el nivel de protección del lobo en la Unión Europea, cambiando su estatus de “estrictamente protegido” a simplemente “protegido”, en línea con el Convenio de Berna. La medida busca dar mayor margen a los Estados miembros para gestionar sus poblaciones de lobos y afrontar los desafíos que plantea su expansión, especialmente en zonas rurales donde han crecido los conflictos con la ganadería. Con esta modificación, los países podrán aplicar estrategias adaptadas a sus realidades locales sin dejar de garantizar la conservación de la especie. Aun así, cada Estado podrá mantener una protección más estricta si así lo decide, e imponer medidas específicas para reforzar su protección.

El cambio aún debe recibir el visto bueno definitivo del Consejo de la UE. Una vez aprobado y publicado oficialmente, entrará en vigor a los 20 días, y los Estados tendrán un plazo de 18 meses para aplicar la nueva norma. Según datos de la Comisión Europea, actualmente hay más de 20.000 lobos en Europa. El crecimiento de su población, considerado un éxito desde el punto de vista ambiental, ha generado tensiones en algunas regiones, sobre todo por los ataques al ganado y las dificultades para garantizar una convivencia equilibrada entre fauna salvaje y actividad humana.

Organizaciones conservacionistas han alertado del riesgo de retroceso si no se mantiene una vigilancia adecuada. Por otro lado, representantes del sector ganadero han celebrado la decisión, al considerarla una medida necesaria para frenar los daños a la actividad rural. La Comisión insiste en que el equilibrio entre conservación y gestión seguirá siendo clave.

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