El emérito abandona España tras reencontrarse con la infanta Elena

El Rey Juan Carlos ha puesto fin a su primera visita de 2025 a nuestro país. Tras cinco días en Sanxenxo, y a pesar de la expectación existente por si rompía su silencio tras sus demandas contra Miguel Ángel Revilla y Corinna Larsen por vulnerar su derecho al honor, el Emérito ha abandonado este domingo España del mismo modo que llegó; en absoluto silencio y haciendo oídos sordos a las preguntas de la prensa.

Una visita marcada por sus acciones legales -con el fin de limpiar su imagen y dejar un legado impoluto a pocos meses de cumplirse el 50º aniversario de su coronación- que el padre del Rey Felipe VI, ajeno a los titulares que ha protagonizado en las últimas semanas, ha aprovechado al máximo.

Además de competir de nuevo a bordo del 'Bribón' en las regatas que se han celebrado este fin de semana en el Club Náutico de Sanxenxo, demostrando que continúa en plena forma a pesar de sus problemas de movilidad, el Monarca ha aprovechado su paso por la localidad gallega para reencontrarse con algunos de sus amigos.

Y han sido dos las ocasiones en las que ha salido a cenar con un grupo de íntimos que le apoyan incondicionalmente, como Vicente Dalmau, dueño de las bodegas Marqués de Murrieta, que ha viajado hasta la localidad gallega para visitar al Emérito y disfrutar de una mariscada en uno de los restaurantes favoritos del abuelo de la Princesa Leonor, 'D. Berto`.

No ha sido la única visita que ha recibido, ya que presumiendo de su unión y de la maravillosa relación que mantienen a pesar de haberse visto recientemente -puesto que estuvieron juntos en Semana Santa-, la infanta Elena no ha dejado pasar la ocasión de desplazarse a Sanxenxo para pasar el fin de semana con su padre, con el que comparte su pasión por el mar y la vela.

Con la duda en el aire de si regresará a nuestro país el próximo 16 de mayo para asistir al acto de conciliación con Revilla en los Juzgados de Santander -ese fin de semana hay una nueva competición náutica en la localidad pontevedresa- Don Juan Carlos abandonaba a media tarde de este domingo la casa de Pedro Campos en un automóvil conducido por su íntimo amigo y ponía rumbo al aeropuerto de Vigo para regresar en su avión privado a su residencia de Emiratos Árabes.

Un nuevo adiós a España en el que el Emérito ha querido demostrar que está más ágil de lo que pensamos, subiendo las escalerillas del jet sin ayuda de sus asistentes como suele ser habitual, agarrándose de la barandilla con paso vacilante hasta el interior del avión.